DOSSIER
• Jacqueline Sánchez Carrero Sevilla
Solicitado: 23-05-07 / Recibido: 14-07-07 Aceptado: 28-01-08 / Publicado: 01-10-08
D0I:10.3916/c31-2008-01-019
Telediario infantil»: recurso para el
aprendizaje en TV
«Infant television newscast»: learning resource in TV
Los telediarios infantiles son programas de noticias destinados a niños y adolescentes. En algunos países han logrado posicionarse entre los lugares preferidos por ese tipo de telespectador. Indagar en el origen de los primeros telediarios y mostrar algunas de sus utilidades es el objeto de este trabajo. Así se concluye que el formato ofrece una ven' taja a padres y maestros interesados en enseñar a sus hijos y alumnos cuestiones impor' tantes sobre el medio televisivo: por su corta duración se puede aprender a ver y ana' lizar conjuntamente con la infancia. Se trata, sin duda, de una oportunidad para cono' cer las noticias y descubrir cómo están construidas a través de un diálogo lúdico y entre' tenido entre adultos y nuevas generaciones.
Infant television newscasts are news programs for children and teenagers. In some countries they are among top places. This article will research on the origin of the first television newscasts and will show some of their uses. The format offers an advanta' ge for parents and teachers interested in teaching such important things to children and pupils about television. Due to their short duration it is possible to learn to see and analyze them together with the children. It is an opportunity to know the news and to discover how they are constructed across an entertaining dialogue among adults and children.
Descriptores/Key words
Educación audiovisual, televisión, informativos, infancia, adolescencia, espectadores. Media literacy, television, news, infancy, adolescence, viewers.
De todos es conocida la creciente necesidad de la llamada alfabetización audiovisual. Una de las tendencias más
❖ Dra. Jacqueline Sánchez Carrero es profesora de Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Sevilla (jackysa@gmail.com).
seguidas es la de enseñar a los niños a ver -e incluso hacer- televisión. Se pretende que aprendan a diferenciar los formatos televisivos, a no dejarse engañar por cierto tipo de publicidad y sobre todo a seleccionar los programas que les aporten beneficios y conocimientos acordes con su edad. Definitivamente el diálogo y la asesoría ante la pantalla despuntan como las grandes soluciones para que el niño obtenga del adulto ciertas explicaciones que le ayuden a comprender el medio.
Comunicar, n° 31, v. XVI, 2008, Revista Científica de Educomunicación; ISSN: 1134'3478; páginas 153'158
En los últimos tiempos ha surgido en algunas televisiones un tipo de programa especial dirigido a él. Los telediarios infantiles son espacios producidos específicamente para niños y adolescentes con la finalidad de transmitirles ciertas informaciones y noticias de actualidad redactadas en un lenguaje sencillo, cercano a ellos. Aunque se trata de un formato poco explotado, existen en algunos países desde hace ya varias décadas. Es uno de los programas que puede generar comentarios entre sus espectadores. De hecho, en las sociedades donde es ya tradicional, los chicos tienen por costumbre conversar al respecto con sus padres y familiares en algunos momentos determinados del día.
Para los niños en general los telediarios de adultos suelen resultar violentos, aburridos, lentos y difíciles de entender. A pesar de que algunos chicos de edades mayores (10 a 12 años) admiten que ven algunas partes de los informativos, no es usual que encuentren en este tipo de programa noticias de su interés; esto, aunado a las escenas de violencia y otros sucesos, hacen que el informativo sea un espacio no apto para niños. Por lo general las edades en que suelen comenzar a atender a los telediarios infantiles son entre los 7 y 11 años de edad puesto que ya toman conciencia de ciertos problemas que forman parte de su entorno. Para Débora Penzo de la Universidad italiana Roma 3 «cada vez más se sienten capaces de elegir lo que consumen y se entusiasman con la idea de 'crear' y 'compartir' imágenes y vídeos, gracias a las posibilidades dadas por las nuevas tecnologías con las que ellos están acostumbrados a estar relacionados» (Varios, 2006, 11).
El telediario infantil está producido y redactado para que el pequeño telespectador comprenda la noticia en corto tiempo y sin mayores esfuerzos. Puede además llegar a convertirse en una valiosa herramienta para que padres y maestros transmitan ciertas enseñanzas sobre el propio medio televisivo. Naturalmente es necesario saber desestructurarlo y analizarlo, puesto que se trata de un espacio de no ficción con características propias destinado al telespectador infantil. Un programa de estas características puede contribuir al entendimiento de muchos de los asuntos que acontecen en el mundo. Son variados los recursos que ofrece, entre ellos el aporte de una selección de informaciones diarias de interés para el niño al mismo tiempo que abre una ventana para descifrar el modo en que se produce la noticia y cómo es recogida por los profesionales de la comunicación.
No existen noticiarios infantiles en todos los países europeos1. El primer telediario para niños lo creó la BBC en el año 1972, se llamó «News One» y se emitía dos veces a la semana. Comenzó con escaso equi-
pamiento: una plantilla de apenas un par de periodistas y dos antiguas máquinas de escribir. Desde 1995 el Reino Unido cuenta con dos telediarios infantiles con emisiones diarias incluyendo sábados y domingos.
Alemania por su parte tiene tres informativos, entre ellos el llamado «Logo» que vio la luz en 1998. Bélgica emite dos, uno en francés y otro en idioma flamenco; Suecia y Croacia tienen uno; Finlandia dos también, uno de ellos es «Zona 5» que nació en el año 2006. Polonia difunde TVP únicamente los fines de semana. Francia tenía un canal completo para este tipo de programas pero los recortes financieros lo obligaron a salir de antena en 2005. Aparte del caso español, que veremos más adelante, en el resto de países europeos apenas existen espacios de este tipo.
Ahora bien, un factor positivo que acompaña a los telediarios infantiles es que son programas producidos por profesionales de la información pero en ocasiones cuentan con micro espacios en los cuales son los propios chicos los responsables y por lo tanto pueden manifestar sus puntos de vista a su modo y semejanza. Esto conlleva cierta identificación con la parte del público al cual va dirigido el programa: niños y adolescentes. Conozcamos algunos de los casos más significativos con este tipo de participación.
En Australia llevan ya veinte años con asignaturas relacionadas con los medios de comunicación como parte del currículo escolar. Los noticiarios infantiles son manejados con suma libertad, creatividad y tratan de reflejar la acción comunitaria y la diversidad del ser humano. Uno de sus objetivos es dejar la sensación en el niño de que el mundo puede cambiar con su actuación. Esta especie de eslogan se convierte en toda una premisa fundamental de cara al pequeño telespectador, sobre todo si se considera como el ciudadano adulto del mañana cuyas decisiones influirán en la vida de otros.
Temas como la drogadicción o la depresión en los adolescentes son muy tratados en este tipo de espacio. Mark McAuliffe, video-educador australiano, sostiene que si al niño se le hace percibir que la televisión es basura la verá de esa manera y no podrá sacarle provecho. Pero si, por el contrario, se le enseña que puede transformarla se acercará a ella de otro modo y es entonces cuando tiene la posibilidad de aprender acerca de los medios con entusiasmo. El noticiario que dirige McAuliffe cuenta con un sitio web que no es sólo de utilidad en Internet sino que también es incorporado en el programa de televisión.
En el Reino Unido el proyecto del informativo infantil ha sido mucho más ambicioso. Allí los niños pueden ser reporteros y presentar las noticias. Comen-
zaron en el 2005 con un club que agrupa unos sesenta y cuatro mil miembros. El pequeño televidente está acostumbrado a interaccionar de modo que el noticiario cuenta con un portal web donde los socios también pueden participar. Su responsable, Sinead Rocks, manifiesta que el programa «Newsround» presenta la opción de visionar los vídeos a través de Internet y que su espectador medio tiene la edad de 10 años.
Italia, por su parte, mantiene desde el 2004 un telediario para niños entre 8 y 12 años. La directriz informativa impone a los redactores que deben contar las noticias con las palabras adecuadas, las imágenes correctas y siempre incluir historias referentes a las vidas de los chicos. Roberta de Cicco, productora ejecutiva de TG Ragazzi de la RAI, piensa que los niños aparecen en los informativos de adultos casi siempre como víctimas, y pocas como héroes. De allí la necesidad de que figuren de otro modo en los telediarios infantiles. Los productores acuden a las escuelas para impartir educación mediática motivados por el interés de los propios niños por saber cómo se realiza ese noticiario ¡p^
En Holanda los niños también tienen un espacio noticioso. Lleva 25 años en el aire el informativo «Jeu-gdjournaal». Se trata de un espacio diario dirigido principalmente a espectadores entre 1 0 y 1 2 años y abarca informaciones nacionales e internacionales. Tiene una duración de 10 minutos y los vídeos entre 30 segundos y 3 minutos y medio. El contenido es bastante amplio puesto que incluye reseñas sobre guerra, política, catástrofes, deporte, juegos, animales, acontecimientos positivos, etc. La participación de los niños aquí la logran a través de las cartas y correos electró-nicos2.
Por su parte Brasil emite un programa semanal que producen los jóvenes desde el año 2003. Se llama «De la rua», cuenta con una duración de media hora y es el producto de una serie de talleres de comunicación que se iniciaron en el 2002. Los profesores cumplen la función de asesores, les permiten a los alumnos expresar sus propias ideas haciendo uso de la fotografía, la poesía o de cualquier formato que deseen. La dinámi-
infantil. Los que tienen entre 8 y 9 años resultan ser los más críticos con el programa y proponen con frecuencias noticias positivas de la más diversa índole.
Algo interesante que logra este programa italiano es vi-vencíar un juego de simulación. Proponen en las escuelas asistir en directo a la emisión del ín-formativo y allí dividen la clase en grupos de cinco para formar equipos de redacción y otras funciones que pueden elegir libremente. Reciben una lista de títulos de noticias reales del día de las cuales deben hacer un resumen. Al mismo tiempo el equipo que les recibe les hace llegar a los niños nuevas informaciones y les van pasando notas, tal como sucede en la realidad durante la transmisión en directo. Al final se comparan los titulares redactados por los chicos con los que saldrán en el noticiario verdadero y es cuando pueden formular preguntas a los profesionales que les acompañan: corresponsales, diseñadores gráficos, jefes de redacción y todos los encargados de la emisión del programa. Esta dinámica lúdica forma parte de su clase, lo cual genera el desarrollo de una actitud crítica y contribuye a memorizar el proceso informativo puesto que cuando vuelven al aula deben explicar cómo se hace el noticiario y contestar un cuestionario al respecto.
El telediarlo infantil está producido y redactado para que el pequeño telespectador comprenda la noticia en corto tiempo y sin mayores esfuerzos. Puede además llegar a convertirse en una valiosa herramienta para que padres y maestros transmitan ciertas enseñanzas sobre el propio medio televisivo.
ca consiste en formularles una pregunta -generalmente una problemática social- y los chicos tienen la función de buscar una solución viable. Aprenden a hacer elecciones a la vez que obtienen un producto audiovisual listo para ser emitido.
Una de las propuestas más curiosas ha tomado camino en los Estados Unidos y se denomina «Color TV». No es un telediario sino noticias disgregadas en lo que se conoce como «cápsulas informativas». Se emiten en los distintos cortes de los programas -puesto que son una especie de vídeo clip- y tienen una duración de 2 a 5 minutos lo que facilita el visionado por parte del niño que por lo general no se sienta ante el televisor a ver un programa completo.
Actualmente existe un interés especial por fomentar telediarios infantiles, tanto es así que anualmente los miembros de la Unión Europea de Radiodifusión (UER)3 convocan periódicamente a reuniones para
instar al resto de televisiones a ofrecer este tipo de espacios a los pequeños televidentes. Sin embargo, éste como todo formato televisivo también tiene sus opositores o críticos.
Eva Pujadas, profesora de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, afirma que diversos análisis etnográficos han demostrado que el telediario infantil es un formato algo forzado -por el uso excesivo de la técnica utilizada en el vídeo clip- y aun cuando el niño se divierte viéndolo no logra los objetivos sociales originales sino que se convierte en un programa de consumo, como cualquier otro. La mayoría de estos espacios cuenta con presentadores simpáticos y divertidos pero huyen de temas serios como por ejemplo la política. Suelen incluir tópicos como deportes, zoología, agendas culturales, etc.; todos apelan a un grafismo llamativo con música de fondo y ambiente muy colorido.
De todos modos la crítica tiene cabida en todo tipo de contenido televisivo. Si ignoráramos, por ejemplo, el uso del grafismo 3D y de algunos efectos de vídeo o de sonido tal vez se alegaría que el niño de hoy está inmerso en un entorno «multipantalla» y que no llamará su atención un diseño anticuado al que los adultos estamos acostumbrados. A este respecto lo que debería exigirse realmente es que el telediario infantil cuente con una producción de alta calidad, con el mismo esfuerzo y trabajo de análisis crítico que un telediario normal destinado al público adulto. Se trata de un producto que puede servir de guía a esa infancia y adolescencia que tanto nos preocupa. Por lo tanto no se debería escatimar en inversión ni en creatividad durante las etapas de preproducción o producción de estos espacios y no fijarse únicamente en la fase de postproducción, como si sólo los efectos especiales y la música festiva pudieran servir de polvos mágicos para provocar fascinación permanente -y por ende adhesión- en el pequeño telespectador.
Otro de los puntos álgidos de discusión es la publicidad. Hay casos como el de Estados Unidos donde este tipo de programa es casi exclusividad de los canales de cable que aprovechan hasta el mínimo segundo para incluir anuncios dirigidos a los chicos. Aquí debemos actuar con sumo cuidado puesto que el propósito inicial de esa producción -informar adecuadamente al niño- se vería tergiversada.
Ahora bien, haciendo un punto y aparte en la crítica constructiva al telediario infantil, resulta interesante saber que puede ser utilizado para concienciar al niño acerca de una amplia diversidad de temas relacionadas con el medio televisivo.
La fórmula consiste básicamente en darle la misma prioridad que tiene el informativo para nosotros los
adultos. Por ello es indispensable vivenciarlo junto al niño y simultáneamente grabar las emisiones para su posterior análisis. Estos dos procedimientos son realmente necesarios si lo que desean los padres o el maestro es alcanzar cierto grado de enseñanza audiovisual. El primer visionado cumple una función netamente informativa en la que el niño apenas se pone al corriente de la noticia y la procesa según su corta experiencia de vida. El visionado posterior, el del material grabado, sirve para examinar detenidamente las diversas partes que lo componen. Es entonces cuando el tutor tiene la oportunidad de establecer un diálogo que descubra ese universo de la televisión.
El proceso de desmontar -o desestructurar- el telediario infantil es posible gracias a su breve duración y tiene variadas utilidades, entre ellas conocer de forma amena cómo está conformado un programa de este tipo. Uno de los debates más convenientes puede responder a la siguiente pregunta: ¿por qué tal noticia está ubicada antes que la otra? La llamada «agenda se-tting» -que no es más que la selección de ciertas y determinadas noticias según el interés informativo del propio medio- es otro posible punto de discusión que puede convertirse en una actividad lúdica.
Si intentamos crear una especie de clasificación de las actividades que podemos desarrollar del visionado del telediario encontramos principalmente las siguientes:
a) Dialogar sobre los contenidos:
• Explicar los acontecimientos mundiales, nacionales o locales que tratan cada una de las noticias. Es decir, aclarar al niño cada una de las informaciones que forman parte del telediario.
• Desplegar la estructura general del informativo. Por ejemplo: presentación, sumario, noticias, información sobre el tiempo, publicidad, reportaje final.
• Identificar las partes de la noticia o reportaje. Por ejemplo: introducción, entrevista (tipo de preguntas, intencionalidad, tipo de respuesta), sondeo de opinión o simplemente el tipo de cierra que utiliza el reportero para dar fin a la información.
• Pensar acerca de las fuentes de información a las que ha accedido el reportero o periodista (fuentes directas o indirectas que tiene que ver con la noticia).
• Reconocer el tipo de lenguaje que se utiliza en el informativo.
b) Dialogar sobre las formas:
• Describir la apariencia del plató principal (mobiliario, colores, uso de la técnica del «chroma key», etc.).
• Exponer cómo es el aspecto del presentador(es) y reporteros del telediario.
• Identificar la utilización de efectos especiales (de audio y vídeo) entre noticias o entre las diversas secciones del programa.
• Descubrir movimientos de cámara y pensar por qué razón se han realizado.
• Detallar la forma y contenido de los rótulos durante los reportajes.
c) Desarrollo de las distintas actividades accediendo a la página web del telediario infantil. La mayoría de ellos cuenta con un lugar en Internet para que los niños envíen sus propias informaciones y comentarios. Incluso algunos suelen tener un apartado dirigido especialmente al maestro o adulto que acompaña al niño en la experiencia.
d) Debatir en clave de juego sobre los contenidos del programa. Contestar a la pregunta: si yo fuera reportero ¿cómo hubiera realizado esa información?, ¿habría buscado los mismos entrevistados?, ¿las mismas localizaciones?, ¿hubiera dicho lo mismo?, ¿lo hubiera hecho en menos tiempo?
Habitualmente el tema de la violencia es otro de los asuntos relacionados con la televisión. El visionado del telediario puede servir también para reflexionar al respecto. Descubrir si hay hechos en el programa que transmiten violencia o si, a pesar de emitir la noticia sobre un suceso o hecho violento, fue redactado utilizando imágenes y vocabulario que no difundían miedo, impacto o terror.
Otra forma menos convencional de aprender de un telediario infantil es jugando a que se forma parte de él. Es decir, haciendo el papel de reportero o presentador. O lo que es lo mismo, logrando que el niño produzca su propia información. En el plano real la participación de un niño en el telediario no es garantía de que conozca todo acerca de la construcción de la noticia puesto que quizás pueda ser utilizado únicamente para presentar ante la cámara. La experiencia sería completa si forma parte verdadera del proceso de información. Aún así no sería el mayor de los casos puesto que, salvo en aquellos países donde el telediario infantil está integrado como actividad escolar, son pocos los afortunados que acceden a los medios a pesar de ser uno de los derechos contemplados en la Convención Internacional de los Derechos del Niño (Naciones Unidas, 1989).
En España se reconocen como telediarios infantiles principalmente a dos programas: «Info-K» de Televisión de Cataluña (TVC) y «Acerca-t» de la cadena autonómica andaluza RTVA. El primero de ellos nació hace seis años y es presentado por Manuel Alias quien además hace funciones de editor del informativo. Lo acompañan en la experiencia un grupo de cinco perio-
distas que aparecen eventualmente ante la cámara. Los temas del telediario son seleccionados en función del interés que pueda tener para este tipo de público. Para ellos la actualidad es más importante que el mismo hecho de atender a todo tipo de fuentes de información por una mera ambición de cobertura noticiosa. No todas las informaciones que incluyen tienen a los niños como figura principal, prevalece el hecho de que les concierna directa o indirectamente, tal es el caso de las leyes de menores, las de educación, etc. En cuanto a la forma de la noticia utiliza principalmente el vídeo informativo y el reportaje donde la duración no excede de los tres minutos.
Sus directivos afirman que la función de un telediario es la que tradicionalmente se ha adjudicado a la televisión: educar, entretener e informar, cuidando lógicamente el punto de vista del niño, dejando el espacio necesario para que él mismo haga sus valoraciones y conclusiones. Ha de resaltarse que cuenta con una página web de atractivo formato, constantemente actualizada donde el pequeño telespectador puede incluso visionar el programa en pantalla. Este programa se alzó con el premio periodístico Cambiemos el Mundo con los niños y las niñas, que el comité español de la UNICEF otorgó en 2005 a los profesionales de los medios por la promoción y defensa de los derechos de niños y jóvenes.
En cuanto al telediario infantil de RTVA, «Acerca-t», es transmitido diariamente desde el año 2004 -excepto en época estival- de 19:15 a 19:25 horas por la segunda cadena Canal 2 Andalucía. Está dirigido a un espectador entre 7 y 13 años de edad y como todo informativo pretende cubrir no sólo Andalucía sino los hechos más importantes que hayan acontecido en el país y en el mundo. Dando la cara está Javier Aguilar, que fue presentador del programa infantil de tipo contenedor de la cadena llamado «La Banda». La duración del telediario es de diez minutos y suele tener como estructura principal tres temas de actualidad que son los que han marcado la pauta del día. Les sigue un segmento de noticias cortas y cierran con un reportaje especial diferente para cada día de la semana. Entre los temas que suelen escoger figuran los culturales (teatro, literatura, etc.), pero también destacan la astronomía, la zoología o aquellos que interesan a las personas discapacitadas. Este informativo tampoco deja de lado la información del tiempo. Presenta como punto final una especie de vídeo clip musical muchas veces amenizado con las imágenes que han causado sorpresa o curiosidad en las noticias diarias.
En éste, como en el caso anterior, los niños no participan en la producción interna puesto que disponen
de profesionales para su realización. Cuenta además con un psicopedagogo que interviene cuando surgen dudas sobre cómo tratar ciertos y determinados temas. La recomendación, que es seguida por todo el equipo de trabajo, es siempre dejar una puerta de salida al pensamiento del niño y no agobiarlo con asuntos trágicos o que le puedan producir impresiones negativas. Cada noticia tiene una duración media de un minuto para poder acaparar la atención infantil sin distracciones.
La producción del programa, formada por tres redactores fijos, un productor y un director, sigue la línea de trabajo de un informativo para adultos: reunión al iniciar el día para concretar la «agenda setting», lectura de la prensa diaria, discusión sobre el modo que será tratado cada aspecto a emitir, etc. Intentan no descartar ninguna noticia importante sino esmerarse en transmitirla con un lenguaje adecuado. De forma generalizada son los niños quienes son entrevistados ante la cámara.
Uno de los aspectos que seguramente llama la atención de los pequeños en este tipo de programa es la postproducción. Efectivamente, en «Acerca-t» se hace un buen trabajo de infografía y otros efectos aprovechados sobre todo para las noticias de El Tiempo y para mostrar gráficamente la ubicación de los distintos lugares y poblaciones a las que hacen referencia las noticias. Ofrecen también, al igual que los anteriores casos, una página web que enlaza con los vídeos de las más recientes emisiones de tal modo que el niño puede visionarla también a través de Internet.
En cuanto a la cadena pública TVE se mantiene a la espera iniciar la preproducción de un telediario infantil. Su nombre tentativo es «Infoklan» y está dirigido a los niños de edades mayores sin pretender entablar lazos con la escuela más que para complementar ocasionalmente el contenido de su informativo. De momento los niños disfrutan del programa emblema infantil «Los Lunnis» que incluye dentro de su producción un pequeño apartado para un telediario conducido por las mismas figuras protagonistas pero que no persigue el mismo fin que un telediario infantil propiamente dicho. Otros guiños similares se han visto en el espacio de La 2 titulado Leonart, aún cuando su principal objetivo es la divulgación científica destinada a niños y adolescentes. Proyectos plausibles sin duda alguna, pero que no sustituyen las metas concretas de un informativo infantil.
Numerosos investigadores del campo de la alfabetización audiovisual coinciden en el significado de la
siguiente frase: «el televisor debe ser la mejor maestra para enseñar a ver televisión, tanto en cuanto a la forma -lectura de imágenes- como a los contenidos» (Rico, 1994: 128). No podemos seguir esperando una tardía inclusión de la educación audiovisual en el cu-rrículo escolar. Desde ya es conveniente comenzar a dar los primeros pasos pues puede que otra generación de niños llegue a superar la infancia y adolescencia antes de que las políticas administrativas accedan a dar la importancia que tiene este tema en la escuela.
Desde los análisis de audiencias da la impresión que los telediarios infantiles no siempre gozan de la fidelidad del público. Pero es pertinente que le concedamos la importancia que merecen puesto que es una fuente de aprendizaje no sólo para el niño sino también para el padre y el maestro. Es posible incentivar su visionado e incluso hacerlo parte de las actividades escolares como se hace en algunos países. A diferencia de otros géneros a los que los niños tienen acceso dentro o fuera del horario infantil, en este tipo de programa encontrará la información resumida, pero no superficial, presentada de un modo ameno, a un ritmo que le llamará la atención y que puede servir a la vez para fomentar tertulias acerca de los valores humanos que tan anulados están en los medios de comunicación. No olvidemos que educar la mirada en el contexto de la televisión es enseñar también a ver inteligentemente las otras pantallas que en mayor o menor medida influyen en el modo de ver la vida de niños y adolescentes.
1 Esta información se desplegó de las jornadas denominadas «Telediarios infantiles y juveniles en el mundo» (III) reflexiones y experiencias organizadas por el Observatorio Europeo de Televisión Infantil (OETI) en la Fundación Rafael del Pino de Madrid, en mayo de 2006.
2 Los niños españoles residentes en Holanda fueron entrevistados por el noticiario infantil y declararon que había temas que no llegaban a comprender en el telediario de adultos, pero sí en el infantil como, por ejemplo, los referidos al terrorismo.
3 La UER tiene ya una larga trayectoria en la producción de espacios infantiles. TVE en su segunda cadena emitió en el 2005 una serie de 13 documentales y cortometrajes dramáticos en los cuales niños entre 10 y 12 años explicaban las historias personales de sus vidas y de lo que para ellos era significativo en el mundo.
Referencias
RICO, L. (1994): El buen telespectador. Cómo ver y enseñar a ver televisión. Madrid, Espasa Hoy.
VARIOS (2006): Los telediarios infantiles y juveniles en el mundo. Cuaderno de Trabajo. Barcelona, Observatorio Europeo de la Televisión Infantil (OETI).
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